EN EL DOLOR PÉLVICO DE ORIGEN SACROILIACO
El dolor pélvico se considera una entidad diferente del dolor lumbar, correspondiendo con dolor siempre por debajo de la línea de la cintura alrededor de la zona del sacro y glúteo y que puede, ocasionalmente, bajar hacia la pierna, pero nunca provoca dolor en la espalda.
Cinturón de fijación pélvica |
Se cree que su origen es diferente del dolor lumbar. Mientras que éste tiene su principal causa en la degeneración de los discos intervertebrales, parece ser que el dolor pélvico se produce por un fallo en la función de la articulación sacroilíaca, concretamente en su estabilidad durante los movimientos del tronco. Diferentes estudios (Vleeming y cols. 1995 y otros) muestran una incidencia de entorno al 10-20 % de los casos siendo más frecuente en mujeres durante y posteriormente al embarazo. Dichos estudios demuestran un alivio claro del dolor de las pacientes mediante el uso de un cinturón de fijación sacroiliaco. Tradicionalmente se postulaba como posible causa la hormona relaxina que favorece la inestabilidad de la articulación sacroilíaca conforme avanza el embarazo, si bien algunas revisiones recientes parecen desmentirlo. Actualmente la hipótesis de desequilibrio muscular parece cobrar más peso.
EN EL DOLOR LUMBAR
Otro grupo de investigación en Queensland (Australia) del doctor Richardson, ha demostrado mediante ecografia en tiempo real y ecodoppler que los músculos profundos transverso abdominal y multífido lumbar funcionan estabilizando las vértebras y discos lumbares, independientemente del resto de músculos abdominales. Tal hecho se ha denominado fenómeno de autofijación (Snijders y cols). También ha quedado demostrado que las personas con dolor crónico de espalda sufren un enlentecimiento en la contracción de dichos músculos estabilizadores profundos cuando mueven el tronco, lo que se denomina, síndrome de inestabilidad vertebral lumbar (Hodges y Richardson).
También en este caso el ejercicio con la máquina de rotación del tronco puede aumentar gradualmente la resistencia de la musculatura abdominal. Específicamente la del trasverso, gracias a la orientación apropiada de sus fibras. Por esa razón el fortalecimiento de la rotación del torso permite tratar con efectividad la lumbalgia crónica y el dolor pélvico asociado a la disfunción sacroiliaca.
EN LA ESCOLIOSIS IDIOPÁTICA
Por último, las más recientes investigaciones publicadas por el doctor Mooney en adolescentes con escoliosis idiopáticas parecen indicar que el entrenamiento de los rotadores de torso pueden reducir la progresión de la deformación de la columna. En teoría, eso se consigue gracias que el fortalecimiento de los rotadores de tronco parece corregir el gran desequilibrio que presentan en la escoliosis dichos músculos, siendo mucho más débiles y fatigables hacia uno de los lados. Sin embargo las conclusiones de dichos estudios deberían ser validadas en el futuro ya que se realizaron en un escaso número de pacientes. Lamentablemente el fallecimiento del doctor Mooney ha detenido temporalmente dicha línea de investigación.
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