Faldón clínica

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martes, 4 de febrero de 2014

ALTERACIONES CERVICALES EN EL DOLOR CRÓNICO

Mientras que los cambios degenerativos asociados al dolor crónico que ocurren en la columna lumbar están bastante bien documentados desde hace tiempo, en el cuello las pruebas al respecto son más recientes.

Por un lado se conoce que la forma de los discos intervertebrales cervicales difiere de la de los lumbares. Los núcleos acuosos son mucho más grandes, mientras que la pared que los contiene, el anillo fibroso, es mucho más fina y endeble. Por ello, la degeneración discal en forma de protrusiones o hernias en mucho más frecuente que en la columna lumbar, tanto que se considera normal conforme envejecemos.

De igual forma, los cambios en las superficies de las articulaciones cervicales, la artrosis y picos de loro, también se consideran normales cuando nos hacemos mayores y están presentes con la misma frecuencia en personas que tienen dolor y en las que no. No parecen, por tanto, la causa directa del dolor cervical.

Por otro lado, recientemente se han identificado cambios en los músculos cervicales más profundos cuando se comparan personas sanas con aquellas que tienen dolor cervical crónico. Actualmente hay pruebas que demuestran que este es el factor clave, algo que normalmente no se suele tener en cuenta cuando se analiza la resonancia magnética del paciente.

Aquellos con cervicalgia repetitiva tienen los músculos espinales profundos, tanto flexores como extensores, con grasa infiltrada dentro de los vientres musculares, alteraciones en el grosor del músculo y un mayor predominio de fibras musculares altamente fatigables (D.Falla y J.Schomacher, 2013).

Además, cuando se analizan con electromiografías, dichos músculos presentan una activación muscular reducida y patrones anormales en esa activación, es decir, dichos músculos se vuelven “perezosos”. Esto obliga a que los músculos más superficiales del cuello como los trapecios o esternocleidomastoideos aumenten su patrón de activación, y acaben provocando dolor por contracturas y puntos gatillo musculares. (S. Mottram y M.Commerford,2001)

Por tanto,  el tratamiento en los problemas cervicales debiera enfocarse en recuperar el funcionamiento normal de los músculos cervicales profundos mediante ejercicios activos, más que en aplicar repetidas veces técnicas pasivas sobre músculos más superficiales.

Ya hay pruebas de que entrenar la activación de los flexores profundos cervicales mediante ejercicios terapéuticos sencillos tiene efectos muy positivos en la cervicalgia crónica, así como en la cefalea cervicogénica


En cuanto a los extensores profundos no existe tanta evidencia. Si bien, los equipos de alta tecnología médica Medx  han demostrado analizar y rehabilitar de forma eficaz y segura dichos músculos, ayudando a reducir o eliminar el dolor cervical en más del 80% de los casos (B.Nelson, 1999)

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